Algunos saben que tengo que tengo un Gen Mutado llamado CHD1 y tengo que sacarme el estómago en forma preventiva, ya que tengo un 80% de probabilidades de tener cáncer gástrico.

El viernes estaba por subirme al tren en la estación de Retiro y recordé que pasaría cerca del lugar donde el 13 de marzo me habían hecho la endoscopía y tomado las muestras para las biopsias y determinar si ya tengo algún tumor o lesión.

Si bien me habían dicho que estarían para fines de marzo, dado que la ansiedad es una característica predominante en mi vida, llamé. La persona que me atendió me dijo – Ah, si, llegaron los resultados hoy.

Miré el celular y me quedaba un 4% de batería. Le avisé a mi esposa que apagaba el celular y la llamaría con el resultado. Me entró ansiedad y una fea sensación de que las cosas no serían como yo quería. Lo mismo que sentí al sentarme a esperar el resultado de la doctora genetista. Yo soy optimista, siempre veo el vaso medio lleno. Pero nuevamente la sensación fea de que algo malo me dirían, se hizo presente.

Bajé en la estación de Belgrano C del tren Mitre y crucé las Barrancas de Belgrano. Me separaban 12 cuadras de lugar donde retiraría los resultados. En el trayecto repasé mi vida. Mi “jóvenes” 40 años 🙂 y me pregunté si había hecho todo lo que había querido. Hice un repaso de mi estilo de vida y sin dudas aparecieron los viajes…

¿había viajado todo lo que había querido/podido? Si. Solo quería completar el viaje que inicio con mi mamá en 2 semanas por el Camino de Compostela. Y algún día quisiera hacer un viaje en el Tren Transiberiano.

¿mi familia tenía todo lo necesario? Si. Hace 8 años empezamos a desprendernos de todo lo material que no sea esencial. Redujimos nuestros bienes a un tercio y vivimos igual o mejor. Aún me quedan algunas cosas por hacer, como vender el auto que tenemos que es innecesariamente caro de mantener…

Repasé varios aspectos personales de mi vida hasta llegar a la puerta del lugar. No entendía por qué vine pensando algo malo cuando no tenía por qué ser una mala noticia. Luego le encontré un sentido.

Entré. Había gente antes que yo esperando y me agarró cierta ansiedad. Retiré el resultado. Me senté en un sillón. Agarré un vaso, le puse agua de un dispenser y lo abrí. Las muestras de las biopsias eran NORMALES. Estoy feliz.

¿Esto significa que no me voy a operar? No, nada cambia respecto a la decisión. Si hoy, aparentemente, no tengo cáncer, igual tengo el 80% de probabilidades que se desarrolle. El gen mutado trabaja sobre el estómago y no dejará de hacerlo hasta que me lo saque.

¿Esto significa que no tenés cáncer? No, la probabilidad de tenerlo, se basa en estudios que se hicieron también luego de una operación como la que voy a tener yo. Cuando me saquen el estómago, se hará un estudio en detalle. En un gran porcentaje de los pacientes, en teoría sanos como yo, se encontraron microtumores. Pequeños, inofensivos, pero en desarrollo. Además, se pudieron haber tomado muestras de zonas aleatorias y haber presente un tumor a milímetros de la zona que se extrajo. Pero en definitiva, la noticia es muy buena igual y la celebro.

Este fin de semana pensé mucho y creo que las 12 cuadras que separaron el lugar donde retiré los estudios de la estación de tren representarán de ahora en adelante un hito.

Voy a intentar cada año caminar 12 cuadras y repasar como estoy viviendo y pensar si algo debe cambiar.

¿Tengo algo pendiente en la vida? Bueno, entonces manos a la obra.

¿Tengo un viaje con el que sueño y digo que algún día voy a hacer? Ese día es hoy. No debería posponer la decisión de hacerlo.

¿Puedo aún reducir mis bienes (ambientes, auto, muebles, libros, fotos, ropa, etc.) sin que ellos signifique necesariamente reducir mi calidad de vida? Adelante, sin miedo.

¿Es mi trabajo el que tengo el mejor al que podría aspirar? Bueno, si me enfocara en buscar una alternativa quizás que encuentro uno mejor.

Obviamente es una pequeña lista que representa un porcentaje muy menor de las preocupaciones de cada día. Pero soy un convencido que los seres humanos solo cambiamos “de verdad” ante situaciones extremas. Y no las esperemos. No solo porque quizás y ojalá nunca lleguen, sino que para cuando me toquen quizás gran parte  de mi vida pasó y no me di cuenta que la rutina diaria no me permitió verlo a tiempo.

En mi caso, todo esto “malo” que me está pasando no deja de ser algo bueno. Me hace pensar sobre mi día a día y trabajar sobre el futuro que se viene en forma preventiva. Por algo las dos primeras preguntas que le haré al cirujano esta semana serán:

¿Cuanto tiempo pasará desde la operación hasta que pueda subirme a un avión?

¿Cuánto tiempo pasará desde la operación hasta que pueda volver a correr?

Me parece que cada 1 de enero me encontrará caminando 12 cuadras para ponerme objetivos concretos en el nuevo año que comienza.

Este pequeño susto y sufrimiento de 1200 metros, me dejó un gran objetivo para cada año. Allá vamos…

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Foto portada: http://malevamag.com