juano_flyer_logo_final-15La “Historia de un Viaje” de hoy tiene como protagonista a mi familia. Hoy se cumple exactamente 1 año del día (14/10/2015)  que estuvimos frente a frente con el Papa Francisco, el lider máximo de la Iglesia Católica a nivel mundial. Como católicos que somos, reconocemos a Francisco como sucesor de San Pedro, discípulo de Jesús.

Habíamos visitado Roma 3 años antes, donde era aún el Papa Benedicto XVI. Nos sorprendió como aún los romanos y turistas añoraban a Juan Pablo II. No existía esa conexión latina con Benedicto. La figura de Juan Pablo II aún era predominante hasta en los negocios callejeros de recuerdos.

Ya con los pasajes emitidos a España (destino principal de nuestro viaje), empecé a averiguar la posibilidad de concurrir a la Audiencia General de los Miércoles. Una vez confirmado que Francisco estaría en el Vaticano para esa fecha, al menos en teoría, porque nunca se sabe hasta último momento, emitimos los pasajes a Roma. Eramos mi esposa, mis tres hijos, mi mamá y yo. En total 6 personas.

Lo principal del viaje era presenciar la audiencia, por lo que busqué alojamiento a 300 metros del Vaticano. Apareció una casa para 8 personas y me cerró mas que nada por ubicación. Habíamos dudado si llevar a los chicos, ya que teníamos posibilidad de dejarlos en España con mi familia (el 100% de mi familia paterna vive en España). Finalmente concluimos que si bien los chicos podrían no valorar el hecho de estar en el Vaticano y ver al Papa pasando con un Papamovil, lo valorarían ya de grandes.

En ese tiempo tenía un grupo de WhatsApp “viajero” con gente apasionada a los viajes que había conocido por Twitter y tiré la novedad: “Nos vamos a ver al Papa Francisco. Acabo de cerrar el alojamiento. Me sobran 2 lugares por si alguno se quiere sumar”. En eso aparece la respuesta de Nora. “¿Es verdad lo que me estás diciendo?” . Me sorprendió al principio porque me costaba creer que por tres noches de alojamiento uno pudiese tomar la decisión de viajar a Italia. “obvio Nora, si a vos te mueve la aguja para tomar la decisión sos bienvenida“.

En verdad la casa era lo de menos. Nora tenía ganas de viajar a Roma con Andrea, una amiga cuya devoción al Papa Francisco me deja casi como pagano. Pero le faltaba el empujón final. De hecho finalmente no vinieron a la casa que alquilamos. Se fueron a un convento. Es increíble lo que puede generar un simple mensaje de whatsapp. A las 48 hs. Nora y Andrea eran parte del viaje y se sumaban a la “locura” de ir a Roma “solo” para estar a metros de Francisco. Nunca imaginamos tenerlo frente a frente, conversar con El, tomarle la mano y pedirle que nos bendiga. Andrea y Nora, exclusivamente pagaron el viaje (sin promociones de ultimo momento) para estar con Francisco. Sin ninguna confirmación de que lo lograríamos finalmente. Yo hasta estaba un poco sorprendido, porque  yo iba a Valencia y Roma quedaba “cerca”.

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Faltaban pocos meses y ya teníamos las entradas generales para la audiencia reservadas por internet a través de una Iglesia en Roma. Pero obviamente, todos intentábamos obtener algún contacto que nos dijera “la posta”. Como lograr al menos estar mas cerca en la Plaza. Si convenía ir temprano, si llevaríamos una bandera Argentina para atraer la vista de Francisco, si le ofreceríamos un mate con la esperanza de que detenga el Papamovil, que podíamos poner en el cartel para que le llamase la atención. Pero ni Andrea, ni Nora, ni mi mamá ni yo somos tímidos ni de pocas palabras y logramos “EL DATO”. Andrea nos comentó que enviando un email a la Nunciatura Apostólica Argentina te respondían con posibles entradas pero sin confirmar ubicación. Asi lo hice y me respondieron con siguiente:

La ubicación precisa la podrá saber el mismo miércoles cuando asista para la audiencia. Seguramente sea un lugar cercano al Papa pero NO podemos garantizar el saludo personal puesto que eso depende de la organización de los peregrinos del día. Desde ya se hace todo lo posible para que cada uno pueda tener una buena ubicación. De todos modos desde el lugar que le asignen recibirá la preciada Bendición del Papa Francisco”.

Asi partimos. Con la esperanza de, al menos, verlo y recibir su bendición.

Era el miércoles 14 de octubre de 2015. La noche anterior divisamos la puerta SANTA MARTA, donde teníamos que retirar las entradas. Nos equivocamos, era la puerta SANTA ANA.

Nos levantamos a las 5 am. Los chicos ya estaban un tanto fastidiados por el madrugón. Y más cuando llegamos a las 6 am erróneamente a un lugar donde había miles de personas. Juan Cruz, mi hijo mayor, me dijo “Papá, pensé que estaríamos cara a cara con el Papa, que comeríamos juntos y tendríamos contacto visual“. Ahi le expliqué que el Papa es una de las personas más importantes del mundo. Que ya seríamos privilegiados de verlo a la distancia. No veíamos a Nora ni Andrea. No teníamos datos en el celular ni posibilidad de contactarlas. A las 6.45 hs. algo me iluminó y decidí irme hasta un lugar donde veía gente haciendo fila. Eran unos pocos. Y ahí estaban, Andrea y Nora con los nervios de punta y una emoción enorme. Finalmente estábamos los 8 juntos a la espera para ingresar.

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A las 7 am en punto, ingresamos y nos enteramos que habíamos tenido el privilegio de estar entre los 200 argentinos que cada miércoles son ubicados en una especie de “corralito” a un costado del altar mayor. No estaríamos en la Plaza San Pedro sino arriba, muy cerca del Papa Francisco. Andrea le había escrito a Monseñor Karcher y él nos ubicó. ¡Muchas Gracias por este regalo!

 

A esa altura temía por la salud de Nora, Andrea y mi mamá cuya emoción se palpaba con solo mirarlas.

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Recuerdo que unas señoras estaban nerviosas porque eran las primeras y no quería que nadie se adelantara. Nosotros estábamos tan felices que nada nos importaba.

Luego de media hora, se acercó Mons. Karcher quien con un listado nos fue mencionando para ingresar al Vaticano. Fuimos llamados en cuarto lugar por lo que al ingresar a la audiencia nos pudimos ubicar en la primera fila, apoyados sobre la baranda del “corralito”. Más no podíamos pedir…

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La espera se hizo larga para los chicos. Ellos no podían interpretar lo que significaba ver tan de cerca a Francisco. De hecho no fueron conscientes de lo que sucedió luego. Francisco ingresó como cada miércoles, recorrió la plaza con el Papamovil, realizó una celebración especial porque en simultáneo estaba el Sínodo de la Familia y estaban reunidos obispos del mundo entero. Se detuvo frente a los ya famosos “33 mineros de Chile”…

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Al finalizar la Audiencia General, se acercó a una zona opuesta a nosotros donde saludó a embajadores, autoridades de estado y otros políticos presentes. Por último se dirigió donde estábamos para saludar a los argentinos que lo esperábamos.

Primero se encontró con mi mamá, que como podrán apreciar en la foto, no lo quería soltar.

Faltaban 2 personas para que se parase enfrente nuestro y no se me ocurría que decirle en los segundos que estuviera con nosotros de todo lo que había pensado. Lo venía pensando hace rato… Pero cuando lo tuve enfrente me quedé sin palabras. Llegó y nos sonrió.

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Le conté que mi hijo menor se llamaba Francisco y bendijo a cada uno de los tres.

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También bendijo a Florencia, mi esposa, pero no a mí… No me voy a quejar, bendijo lo más importante que tengo en el mundo.

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Antes de que le tocase a Nora y Andrea, charlamos unos segundos donde le dijimos de donde éramos, le pedimos que rece por la familia y los matrimonios y nos pidió que recemos por El.

A esta altura, Andrea, quien estaba a mi lado, temblaba y estaba emocionada como seguramente nunca lo había estado. Las dos lloraban desde que lo habían visto llegar tres horas antes. Francisco conversó con ellas, bendijo varias cosas que habían llevado (fotos y rosarios) y nuevamente volvió a sonreír para continuar saludando. La vitalidad que se le nota a pesar de la edad, conmueve.

Francisco, mi hijo, con 5 años nos bajó a tierra: “¿esperamos 4 horas solo para que me toque la cabeza?” Su inocencia nos relajó, nos reímos a carcajadas y partimos hacia la plaza luego de disfrutar del que seguramente sería uno de los momentos más felices de nuestras vidas, solo comparable a nuestros matrimonio o nacimiento de cada uno de nuestros hijos.

Por la tarde le acercamos al puesto de la guardia Suiza una manta tejida a mano que le habíamos llevado a Francisco y nos fuimos a celebrar los 8 a un restaurante italiano.

Para nosotros es una gran Historia de un Viaje. Uno de esas historias extraordinarias que la vida te regala y te sorprende como nunca lo hubieses imaginado.

Al igual que muchas otras historias que espero conocer en esta sección, nuestra historia pero en especial la de Andrea y Nora tuvo que ver con salir de la zona de confort y animarse. No sabíamos si podríamos vivir lo que vivimos, pero lo anhelamos y deseamos con tanta fuerza, que se nos dio. Ese WhatsApp no fue definitorio, fué Nora la que al leer ese mensaje decidió llevar a cabo su sueño y logró ese minuto de valentía para dejar todo y animarse.

Me dijeron que hoy ya no es posible presenciar la audiencia desde ese “corralito”, que fuimos privilegiados.

Este POST quiere ser un testimonio para Juan Cruz, Mairena y Francisco, que recuerda esa mañana como el día que esperaron 4 horas para que solo les toquen la cabeza…

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