Un día vino Jorge a visitarme como tantas otras veces. Jorge (acá lo voy a llamar así) fué mi jefe. Un gran jefe. Y me visita habitualmente en mi oficina.
Ya sentados con el café que tanto le gusta, le hice la pregunta de rutina: ¿cómo estás Jorge? (esperando el “muy bien” habitual).
Me dice: mal, Juan. ¿Sabés? estoy mal…
Pensé en una enfermedad familiar. ¿Qué pasa? ¿Es el trabajo, alguien enfermo?
Jorge me sorprende con su respuesta: no, mis dos hijas mayores se fueron a vivir al exterior…
Con Jorge muchas veces charlamos de los viajes familiares con sus hijos. De lo importante que es mostrarles el mundo. Del sacrificio que significa viajar en familia pero lo satisfactorio de poder hacerlo. De darles la opción que tengan doble nacionalidad. De brindarles idiomas y mostrarles que más allá de la Argentina hay otras oportunidades. La teoría sonaba bárbaro y yo no podía estar más de acuerdo. Es más, suelo decir que mis hijos no son argentinos o chilenos (mi hijo menor es chileno). Sino que son hijos del mundo…
Jorge me comentó: al principio me lo planteó una de ellas. Luego la mayor. Y sin darme cuenta, tenía las dos viviendo en Europa. No pensé que me podía afectar tanto, pero me cuesta mucho. Si bien yo alenté la situación, yo las apoyé y hasta motivé, cuando me dí cuenta lo que significa tenerlas tan lejos me pegó muy fuerte. Temo que mis hijas se queden allá y a mis nietos solo los vea por skype….
Pasaron unos meses y a mí me quedó picando. ¿Será que debo pensar que puede pasarme y estar preparado? Viajando tanto… ¿no iré por el mismo camino? Jorge está bárbaro con su esposa, no es que los hijos destaparon una realidad oculta…
Hace un tiempo, Juanito, mi hijo mayor de 11 años viajó solo por primera vez. Se fué en avión hasta Neuquén y se quedó una semana. Yo moría de ansiedad. Verlo poner su DNI y tarjeta de embarque en su mochila, junto a su tablet y hojas para origami, fué para mí lo que muchos padres deben sentir cuando su hijo se pone los botines y la camiseta para debutar de titular en las inferiores.
Hemos dejado a los 3 chicos solos con sus abuelas para irnos a Nueva York (por mencionar un destino “lejano”). Los hemos dejado solos en España varias veces con la familia española para recorrer en pareja. Pero nunca me había costado como esta vez. Dejarlos con la familia no es lo mismo a que se vayan… Me acordé de Jorge y pensé… ¿Qué me hubiese pasado si Juanito con 18 se hubiese ido solo con pasaje de ida?
El mismo jueves que se fue Juanito, tuve una reunión en el colegio. Nos separaron en grupos de cuatro y tuvimos que hacer una dinámica de hablar cinco minutos sobre un tema sin ser interrumpidos, prestando atención absoluta a lo que la otra persona contaba. Una de los padres compartió que su hija vivía en el exterior y estaba mal. Que le costaba asimilarlo…. Me estaba persiguiendo este temita.
Juanito volvió. La pasó genial y está feliz. Si la economía acompaña será el primero de muchos viajes. Estoy feliz por El y porque hasta pareciera que el viaje lo hizo crecer, madurar y valorar lo que tiene.
Pero no dejo de pensar que como le pasó a mis padres cuando yo viví en Chile 4 años, como le pasó a Jorge o a los padres del colegio de Juanito, un día nuestros hijos pueden irse. Y creo que nos vamos a tener que acostumbrar. Porque si para nosotros es mucho más fácil viajar que como lo fue para nuestros padres y si trabajar para una empresa extrajera será cada vez más habitual, tendremos que acostumbrarnos a que un día nuestros hijos partirán.
Mi teoría dice que estaré listo y que me preparé para ello. Pero de la misma manera que uno no sabe lo que es ser padre hasta que lo es, lo mismo puede pasar en este caso. No sabré como será hasta que llegue ese día y sea yo el que los lleva a Ezeiza y me vuelva a casa sin ellos.
¿Te pasó alguna vez? ¿Te expatriaste? ¿Sos padre y tu hijo vive en el exterior? ¿Como llevas la situación? Ojalá puedan dejarme sus experiencias en los comentarios…
Para terminar este post les comparto este texto de Khalil Gibran que me gusta mucho…“SOBRE LOS HIJOS”
“Tus hijos no son tus hijos
Son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma.
No vienen de ti, sino a través de ti y aunque estén contigo no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos,
Pues ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas,
Porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados (…).
Deja que la inclinación en tu mano de arquero sea hacia la felicidad”.
24 julio, 2016 a las 12:33 pm
Muy interesante post. Soy hija y en este caso al revés, fueron mis padres que decidieron vivir en el exterior. Buscado volver a su pueblo de origen en España, jubilados van y vienen, cuando pueden tratando de pasar fiestas. Mi hermana los siguió una vez y ahora ellos tienen nietos allá e hijos acá en Arg. Como hija también preocupa cuando les pasa algo (en el último viaje, con parada en Turquía perdieron los documentos y estuvieron varados hasta solucionarlo). Preocupa como será el futuro pero parece que el mundo se achica.
24 julio, 2016 a las 12:36 pm
Hola Rocío. Mira que interesante. No lo había pensado desde ese lugar. Hija con padres viviendo afuera. Ojalá el mundo se achique. La mitad de mi familia vive en España y tengo el corazón partido. Llegará el día en que podamos movernos libremente son “atarnos” a un país? Gracias por tu comentario. Muy interesante… Para pensar. Gracias!
24 julio, 2016 a las 1:58 pm
Leo o nota y también me pregunto, qué harán mis hijas dentro de unos años ? Las lleve en cada oportunidad que tengo a recorrer todo lo que el bolsillo me permite, así que yo sé que ya ven al mundo de otra manera que chicos de su edad, pero también yo sueño con poder hacer algunos viajes más relajada cuando ellas sean independientes. El tiempo dirá, ojalá que sea para bien
24 julio, 2016 a las 2:04 pm
Hola Karina. Si, creo q es como vos decís. No hay mucho para hacer. Pero hablarlo y pensar en el tema ayuda a prepararse…. Y como dice el texto del final… “Somos el Arco de esa fecha, apuntemos a su felicidad. Que tengan un excelente domingo
25 julio, 2016 a las 2:37 am
Muy bueno lo que escribiste Juano. Sin dudas Juanito va a guardar esta experiencia para siempre y lo va a formar de ahora en mas.
Soy parte de los que siempre quisieron vivir en otro país ya sea para trabajar y/o estudiar pero siempre por diversos motivos que lo dificultaron (sumado a miedos propios) no me animé a largar todo y emigrar.
Hoy en día se me complica. Fui padre hace pocos meses y es difícil largar una cierta estabilidad y comodidad que tengo. No es para tirar manteca al techo, pero me puedo dar ciertos gustos en cuanto a viajes.
Ojalá en un futuro pueda al menos tomarme un tiempo para probar. Nunca es tarde…
25 julio, 2016 a las 2:44 am
Hola Charly. Estamos igual. Si bien viví en Chile 4 años, Juanito ya sufrió varias mudanzas y quiero darle estabilidad. Creo q el trabajo con viajes de vez en cuando es el equilibrio. Al menos para mi. Nunca es tarde y uno nunca sabe. Quizás hay que estar atento a las oportunidades, pueden estar más cerca de lo que uno imagina. Saludos. Buen comienzo de semana.
25 julio, 2016 a las 2:38 am
Juano gracias por el post! Muy buena tu forma de relatar las cosas. En este caso yo soy el hijo, partiendo a vivir en el extranjero dentro en unos meses y justo uno de mis temores es la falta que le podría hacer a mis padres en casa. Tu post me ayuda a comprender sus miedos (además de su entusiasmo por lo que me tocara vivir) y a estar allí siempre para ellos
25 julio, 2016 a las 2:48 am
José! Que bueno! Viva afuera ayuda, para mi, en todos los sentidos. Es una gran experiencia. Cuando me fui no fui consciente de lo que sentían mis viejos, pero ellos lo aceptaron estoicos porque me veían feliz a mi. Igual creo q lo peor era llevarme “sus nietos”. Gracias por darte una vuelta y contarme tu experiencia. A donde te vas? Abrazo
25 julio, 2016 a las 4:44 pm
Hola Juano!
Mi hijo menor estudió en Capital, a los 18 años lo dejamos sólo, no teníamos ni familiares ni amigos, mis padres y suegros nos decían que estábamos locos…
Me asaltaban las dudas y temores pero me las aguanté porque ví lo feliz que era mi hijo por estar en un ambiente dónde nadie lo prejuzgaba, cosa que ocurre en los pueblos. Le sirvió no sólo para tener un título universitario sino para madurar y valerse por sí mismo.
Aún siento mis lágrimas luego de hablar con él por teléfono, no existía Skype, sólo celular o messenger. Recuerdo que una vez se quedó sin efectivo, no tenia ni para comer y no había manera de enviarle porque sólo hay un micro desde mi pueblo BsAs y no sale todos los días. Luego de eso aceptó sin quejas tramitar una TC jaja
Excelente post Juano! tanto para padres como para los hijos.
Besos!
26 julio, 2016 a las 12:59 am
No debe haber mejor manera de madurar que vivir solo lejos del pueblo. Mi esposa Florencia se vino a los 17 años a BsAs y al principio fué duro… Pero te forma y te da una gran independencia. Le mandabas encomiendas con comida? Jeje
25 julio, 2016 a las 6:40 pm
Es duro. Yo tengo a mi ” hermanita” desde 2008 en el exterior. Se fue a hacer una experiencia, a ver “qué onda”, creo que sin idea de no volver. Pero se enamoró de alguien….y ahora tienen dos hijos. Viviendo ambos como extranjeros. Por nuestra diferencia de edad, es una especie de hija y con sus hijos juego a ser abuela hasta que me lleguen los nietos. He podido viajar una vez al año. Y ellos vienen, pero es cada día más difícil.
Cuando se van o cuando yo regreso estoy varios días enojada y cada vez me cuesta más.
Mi hija este año va a hacer una experiencia work and travel y claro que la apoyo!!!!!…. Pero le prohibí enamorarse de alguien…
Nunca voy a estar preparada para que mis hijos emigren.
Mi sobrina de 4 años ya le avisó a su mamá que cuando sea grande va a vivir acá, pero que no se ponga triste porque la puede venir a visitar cuando quiera…….
Es un tremendo dolor que nos llame por teléfono cuando llega a su casa después de unas vacaciones, llorando y le pide a mi hija que vaya a visitarla mañana!
En tres semanas viajo y aún así no puedo sacarme la tristeza de extrañarlos
26 julio, 2016 a las 1:03 am
Maria, si, es realmente duro. Tengo familia lejos. Y como vos contás, las despedidas son como un desgarro… Ojalá los pasajes bajen mucho sus precios y tengamos más vacaciones!!! Hasta ahora no se me ocurren otras opciones. Pero nuestras generaciones viajan mucho más que las anteriores. Quizás a futuro viajemos aún más!!
5 febrero, 2017 a las 2:33 pm
Hermosos tus post, yo me vine a estudiar a La Plata desde el sur del país a los 17 como tu mujer, y fue duro no había celus, solo teléfonos públicos. Ni siquiera encomienda porque tardaban dos días en llegar . Pero la p…. que creces !!!! Jaja . Me quedé viviendo acá y ya mi hijo está en la facu y quiere irse del país cuando termine , veremos que depara el destino .
5 febrero, 2017 a las 2:49 pm
Hola Verónica. Ahora que lo mencionas siempre disfruto cuando mi esposa me cuenta “de las encomiendas” Para ella eran el acto de amor más grande… Como disfrutaba abrir esa caja “del pueblo”. ¿Como llevas la posible partida al exterior de un hijo? Que tengas un lindo domingo. ¡¡Saludos!!
11 febrero, 2017 a las 1:45 pm
Anoche pegaste este link en twiter y aca estoy reflexionando.
Soy hija de padres inmigrantes italianos. Mi papá nunca pudo volver a ver a su papá con vida, eran otras épocas , en las que viajar no era tan fácil. Si a su mamá. Volvió a Italia solo una vez. Mi mamá había venido con su familia pero sus hermanas emigraron a Canada. Toda una vida de idas y venidas y desgarradoras despedidas en Ezeiza. Crecí asi, con esa añoranza por lo dejado y lo lejano.
Mi esposo y yo incentivamos los viajes y los idiomas.Mi hija mayor se fue a su intercambio escolar 3 meses a Alemania . Con 17 años recorrió muchas ciudades europeas con 3 amigas del cole. Volvió cambiada, adulta, resuelta,felíz y llorando, mucho!!!! Mi segundo hijo no quizo hacer el intercambio ( no es para cualquiera, ojo) y el tercero no ve la hora que le toque. Ya eligió ciudad, Kiel ( tiene 9 años por ahora ja ja).
No se que traerá el futuro pero no se puede tapar el sol con la mano. Yo les deseo libertad.
13 febrero, 2017 a las 12:33 am
Hola Claudia. Que bueno es tenerlo claro. Seguramente no sea fácil tener los hijos lejos pero al menos lo tenes pensado y meditado. A la vez creo que hoy sería más fácil visitarlos o que ellos vuelvan. Esas despedidas de Ezeiza tenían más que ver, me parece, con la incertidumbre sobre cuando se volverían a ver, no? Gracias por tu comentario. ¡¡Saludos!!
15 enero, 2018 a las 4:08 am
Hablo desde hijo porque no los tengo yo, Tuve mi primer viaje sin mi familia a edad similar a Juanito. Campamento en Bariloche donde no conocia a nadie. Te ayuda a relacionarte, valorar algunas cosas que ni pensas en la diaria. Despues me fui a vivir a bs as siendo de Rosario. Hasta que comprendes que es importante estar de otras formas cuesta. Las comunicaciones son facilitadoras y han crecido mucho, pero mis viejos no siempre se amigaron con los avances. Igual cuando la distancia son miles de km debe ser mas dificil. Creo que fue una barrera que me puse para hacerlo yo. Pero mis viejos jamas se interpusieron y todas fueron mis elecciones. Por lo menos yo no me imagino no estar a tiro de ciertas situaciones. Supongo que los padres deben enseñar a volar y cada uno busca hacer el nido que lo deja mas conforme. Aconsejar sin ahogar. Apoyar y no ser egoistas. La vida recompensa luego. No me puedo quejar de las alternativas y posibilidades que me dieron y que tome por mi. Creo que mis viejos tampoco estan disconformes de su tarea
16 enero, 2018 a las 3:07 pm
hola Hernán. Gracias por tu comentario y apoyo al blog.
Es verdad que las comunicaciones facilitan. Fundamental el apoyo de tus viejos.
Abrazo viajero!
27 junio, 2018 a las 1:27 pm
Hola Juano!! En este caso soy hija y soy la que emigro, hace 2 años y medio vivo en Euskadi, con mi esposo y mis dos hijos. Mis papas fueron muy generosos, acompañaron y ayudaron durante todo el proceso, y sé que fue y es un acto de amor enorme, me traje conmigo a sus dos tesoros, sus nietos… Se que me extrañan, pero si es dificil ver partir un hijo, puedo asegurarles que ver partir a un nieto es terrible. Gracias a Dios nos han podido visitar varias veces en este tiempo, y por eso soy una agradecida por que se que no siempre podrá ser así. Como hija me preocupa estar lejos, saber que no voy a poder estar ahí cuando me necesiten, cuento con mi hermano que si estará, pero es duro para el que se va saber que habrá momentos en los que todo será más duro.
Soy muy conciente que a mis hijos, con mi ejemplo, les dí alas para volar. Espero poder seguir el ejemplo de mis padres y acompañarlos en el despegue
Un placer leerte, y perdón por lo largo y embarullado del relato
30 junio, 2018 a las 10:36 pm
hola Mariana! que linda la forma que describís el proceso de tus papás! que importante que es que te acompañen a pesar del dolor. Yo viví 4 años en Chile y si me preguntás lo más duro, fué la despedida en Ezeiza cuando mis viejos se despedían de sus nietos.
Gracias por compartirlo!!