En abril/mayo de 2016 viajaba a Salta y Jujuy con Florencia, mi esposa. Fué un viaje tan inesperadamente cautivante que sentí la necesidad de escribir lo que había visitado y comido. Así nació Juano Flyer y acá estamos hoy dos años después.

Los gurús de los blogs dicen que uno debe tener claro el objetivo del blog y diferenciarse para ser exitoso. Nada de eso hago y tampoco sabría medir el éxito.

No tengo publicidad y programas de referidos. En parte porque no se como hacerlo y porque no sé si quiero hacerlo.

Tampoco es un Blog estrictamente de viajes, aunque la temática y el nombre inclusive, remita a eso.

Muchas veces pensé en darle un rumbo más claro, un sentido definido… Pero soy tan estructurado en mi vida “real” que por el momento decidí no hacerlo con mi alter ego Juano Flyer.

Juano es un poco menos estructurado, se permite abrir el corazón y escribir de temas personales. Intenta que viajes un poco más, que reflexiones sobre lo vulnerable que somos ante la muerte, de lo inútil que es acumular bienes materiales o tener casas que solo guardan lo que compramos sin sentido más que la mera posesión…

Me gusta viajar. Si. Y quiero hacerlo y compartirlo de una manera 100% genuina. En estos dos años me pregunté varias veces sobre si debería contar malas experiencias. Y mi respuesta sigue siendo que si. Me pasó con una aerolínea a cuyo referente es Argentina le tengo estima. Pero no me parecía honesto con los que me leen no contar la experiencia. Me pasó en Ushuaia, cuando un hotel 5 estrellas fue una decepción. Y lo puse de una manera honesta, directa pero constructiva. Y me dijeron que seguramente nunca me invitarían a probar un servicio porque nadie espera invitar un bloguero y que luego no haga una revisión positiva. Bueno, debe ser por eso que nunca recibo invitaciones. Además porque no tengo masa importante de seguidores.

Hace poco recibí algunas críticas por contar mi experiencia fatídica con Latam. Si cuento siempre lo bueno, ¿por qué no contar lo malo? Lo volvería hacer de nuevo, a pesar que me duela el ataque de algunos twitteros. Si, ser parte de Twitter incluye “bancarse” ataques. Pero es mi red social preferida y allí seguiré estando.

Cometí errores. Hice críticas anónimas e infantiles a gente con la que no comulgo. ¿Con qué fin? No gano nada, varios a quienes el comentario no estaba dirigido se ofendieron y no aporté nada. Pido perdón y trataré de aportar solo cosas que sumen.

Antes me daba pudor mostrar que uno viaja. Pero lo hago para que todos puedan viajar más. Para que visiten Capital Federal, Museos, provincias o países no tan cercanos.

Amo escribir. Ese es el principal objetivo del Blog. Es liberador y siendo egoísta yo soy el primer beneficiado de que exista JuanoFlyer. Quiero que quede un registro para mis hijos y nietos. Para que cuando yo no esté usen mis recomendaciones sobre destinos turísticos. 🙂

Sorteo quesos y regalo lápices. Tampoco sé por qué lo hago. No me trae beneficios sino gastos. Pero ¿alguno piensa en el gasto cuando le hace un regalo a un amigo?

Estoy organizando un viaje para hacer el Camino de Santiago. Seguramente demande mucho tiempo. Seguramente en el camino de la preparación me coma algún garrón. De nuevo… ¿Para qué lo hago? Al igual que con el proyecto de Elisa Forti siento que hay que reservarse un tiempo de uno para proyectos donde “el OTRO” cumple un sueño y sintamos el privilegio de ser parte.

Esto es Juano. Estos fueron los primeros 2 años. Desordenados, sin las cosas claras, sin objetivos monetarios, con idas y vueltas, con errores, con mucho aprendizaje…

Este es Juano, para ser prolijo, no contradictorio, estructurado y más racional, tengo mi vida real 🙂