Volví de Santiago de Compostela con la sensación de haber hecho uno de los viajes más importantes y más lindos de mi vida.
Fue un hallazgo. Una sensación que sólo sentí al visitar Salta y Jujuy. El haber ignorado por completo un destino y volver con las ganas de transmitirle a todos mis amigos, familiares y conocidos que tienen que hacerlo.
El Camino de Santiago es recomendable hacerlo solo, en pareja, con amigos, con un hijo, con tu mamá, con un hermano, con un abuelo, con tu mejor amigo…
Decidí hacerlo con mi mamá porque era un sueño que tenía y había quedado trunco al morir papá. Ahora a la distancia, que lindo hubiese sido hacerlo solo con papá. Pero hace 3 años no tenía tan a flor de piel la necesidad de cumplir los sueños “hoy”. Pensaba que podían cumplirse en algún futuro cercano. Que podían esperar…
El Camino de Santiago requiere algo de preparación física pero no hay que estar entrenado específicamente. Haré un post específico sobre recomendaciones prácticas.
Es una experiencia única, hermosa, espiritual y trascendente. En lo personal, no pasó por lo religioso. Si bien soy católico, no trascendió por ese lado. El Camino me confirmó lo que vengo transitando hace algunos años y quedó también expuesto en esta experiencia.
El Camino representa nuestra vida diaria…
La enseñanza quizás más obvia. El peso y el tamaño de tu mochila. Es lo que hace la diferencia en tu vida y en el Camino. Vivir con menos, viajar con menos, te permite llegar al final del camino con menos ataduras, con menos peso y consecuentemente menos agobio. Hacerlo con menos peso te hace mas libre. Podes tomar mejores decisiones sin pensar en el peso de tu mochila. El Camino me ayudó a confirmar este proceso que empecé hace 7 años y te contaba acá: Cuando menos resulta ser más.
Lo más lindo del Camino. Mi apertura a nuevas oportunidades y nuevas personas. En el Camino te vas a encontrar con muchísimos peregrinos. De todas las nacionalidades que imagines. Pero tendrás que estar abierto, si es tu deseo, a conocerlos. Podría recorrer todo el camino sin intercambiar palabra alguna con otros y estaría muy bien. Pero también me perdería de lo más enriquecedor de la experiencia. Es sin dudas “lo que hace diferente” esta peregrinación. Lo mismo pasa en el día a día, en nuestro entorno. Nos cruzamos con personas y oportunidades a diario y podríamos elegir ignorarlas. Yo creo que están “a la vista”, pero la rutina no nos “deja reconocerlas”. El Camino me dejó la enseñanza de estar más atento a los “peregrinos de la vida” y las oportunidades que me rodean…
La revelación. Disfrutar del Camino más que del Objetivo. Llegar a Santiago de Compostela no me emocionó. Fue extraño. Mamá me abrazaba, lloraba… Habíamos caminado 123 km en 6 días y habíamos cumplido el objetivo. Pero yo no me sentía completamente feliz. Estaba raro, como algo triste. Se había terminado el Camino. Llegar a la meta significó darme cuenta que no habría “más camino”. Cada jornada del Camino es única. Tomábamos la senda sin saber como sería el paisaje, a quien conoceríamos, que tiempo nos tocaría, cómo sería el pueblo donde llegaríamos y el hotel que nos tocaría. De repente se había acabado esa magia, ese día donde amanecía con la alegría que todo estaba por descubrir. Y muchas veces, por sumar kilómetros, me pierdo lo más importante. Para mí lo relevante no fué llegar, sino disfrutar del Camino a ese eventual objetivo. Lo importante fué recorrerlo, no fué llegar a Santiago de Compostela. Por eso, en mi caso, ahora viajo todo lo que puedo, lo que mi billetera me permite. No quiero perderme de disfrutar “el hoy” pensando que disfrutaré en el futuro. Porque hoy puedo estar recién casado o tener que ahorrar para la casa o tener muchos gastos con los chicos o querer cambiar el auto. Al final suelen ser excusas para no permitirme disfrutar el día a día. Tengo que disfrutar mientras estoy en el camino, no sé si voy a llegar a destino o si voy a estar mucho mas tiempo en marcha. Es hoy, no es cuando me jubile o cuando crezcan los chicos o cuando llegue a Santiago de Compostela. Cada día suma y hace la diferencia, aún cuando no llegué al objetivo. El proceso para lograrlo para mi fue mucho mas importante que el objetivo en si mismo.
Por eso me quedé con la sensación de la melancolía de la llegada. Fue algo muy extraño en mí. Y resultó la gran lección.
Antes, de joven :), me identificaba con la imágen de un burro que seguía una zanahoria que nunca lograba alcanzar pero me permitía avanzar. Debía esforzarme para recibirme, debía trabajar duro para crecer, debía sacrificarme y ahorrar. Hasta que me dí cuenta que la zanahoria pendía de un palo que tenía atado en la espalda. Por eso yo daba un paso y la zanahoria se movía en el mismo sentido, la misma distancia. No disfrutaba del caminar, lo veía como un medio para intentar alcanzar la zanahoria que claramente nunca iba a llegar.
Y eso me enseñó el Camino. Y esa es mi recomendación. Vivir cada día de nuestro Camino en forma intensa. El Camino es el paso a paso. Es el día a día. No tiene que ver con la llegada, que obviamente te da cierta satisfacción.
La vida, mi vida de lunes a viernes inclusive, tiene que ver con eso. La felicidad no llegará cuando nos recibamos. No llegará cuando nos casemos o tengamos hijos. Cuando vivamos en el exterior o cuando nos asciendan o nos jubilemos. Si disfruto tanto del Camino en el que ando, la meta pasa a un segundo plano y no va a importar tanto llegar. Y si no estoy disfrutando de mis pasos, la solución es cambiar de trayecto.
Si no hubiese llegado a Santiago de Compostela, si hubiese abandonado 3 km antes de llegar, para mi la experiencia hubiese sido la misma. La misma felicidad y satisfacción. Por eso no me produjo algo extraordinario llegar a la Catedral de Santiago.
Por eso el objetivo no es llegar a los 70, a los 80 o ver mis nietos. Sino vivir lo mucho o poco que me quede como si no existiese mañana. Y si un día toca partir prematuramente, “el camino recorrido en la vida” espero haya sido hermoso de todas maneras. Estoy intentando disfrutar de los “procesos” mas que de las “objetivos” y el Camino me ayudó a repensarlo.
Dicen que todos descubren algo o se traen algo del Camino. Yo no lo descubrí en el transcurso de los 123 km. Lo descubrí al llegar. Espero me sirva para disfrutar mas intensamente el Camino de la Vida hasta el día que termine, siendo que falte mucho o muy poco.
24 abril, 2017 a las 10:19 pm
Hermosisimo post Juano!! Para leer varias veces e internalizar muchas cosas q decís.
Coincido en q lo importante es el camino , el mientras tanto, pero como también comentas, lleva su proceso dejar de pensar solo en un objetivo y disfrutar el día a día
Trato de ir hacia eso por convicción y siempre leerte me sirve muchísimo
Abrazo!!
MARU
24 abril, 2017 a las 11:11 pm
Que hermoso Juano! Me gustó mucho más leer todos tus posts sobre el Camino De Santiago que el libro de Coelho.
Gracias por haber compartido tantas fotos, momentos, pensamientos e incluso a tu mami. No sé si algún día haga el camino De Santiago, pero gracias a vos pude conocerlo y recorrerlo virtualmente.
Gracias por compartir tus pensamientos y conclusiones. Ese valor que le das al “hoy” me resulta tan lógico y no entiendo cómo es posible que vivamos como si fuéramos eternos. Cada vez que te leo me emociono, porque hablas de la vida y lo haces desde el corazón, y lo único que me sale decir es GRACIAS! ❤️
25 abril, 2017 a las 2:18 am
Si tenes ganas, Hacelo. Es muy pero muy lindo. Yo te veo caminando por esos senderos. Y traté de escribirlo día a día para contagiar a todos… Jejeje gracias por estar siempre al pie del Cañón
24 abril, 2017 a las 11:38 pm
Juano segui tu viaje por Tw, me hacias divertir mucho, pero sinceramente hoy al leerte me emocione…, e hiciste que yo me viese reflejado en tus palabras…, es el mismo sentimiento y no me habia dado cuenta…, hice el año pasado Machu Pichu 42 km caminando y mi cabeza hizo un clic, ahora me decidi y en el 2019 voy a hacer el camino, te doy las gracias porque disfrute de vos y tu mama, abz y por mas hoy en nuestras vidas
25 abril, 2017 a las 2:43 am
Grande Pablo. Todo lo que pueda ayudarte para ese 2019 acá me encontrás. Ahora yo quiero ir por Machu Pichu… Jeje
Gracias por tus palabras y vamos por más “hoy”… Saludos!
25 abril, 2017 a las 1:31 am
Muy acertada tu conclusión Juano. Disfrutar el hoy y capitalizar cada momento.Mañana no sabemos como vendrá. Y no guardes ningún buen vino para un acontecimiento especial, HOY es el gran día. Me encantó tu relato , lo seguí completo. Gracias.
25 abril, 2017 a las 1:55 am
La del vino es una excelente metáfora. Te la robo. Gracias Maria del Carmen por darte una vuelta por Juano Flyer y comentar
25 abril, 2017 a las 1:40 am
Hermoso Juano! Disfrutamos muchísimo el
Camino junto a vos y Margarita. Coincido en todo lo que decís. Hay que disfrutar más, vivir más liviano en todo sentido y ser feliz con las pequeñas cosas de la vida. No en vano hay tantas canciones que hablan de “caminos”, solo hay que dejarse llevar. Un beso para vos y tu familia
25 abril, 2017 a las 2:09 am
Que bueno Juano!
Hermoso el posteo, la enseñanza y la experiencia, gracias por compartirla!
Tengo la esperanza de hacerlo algún dia en bici, como dos amigos lo han hecho.
Abrazo grande!
25 abril, 2017 a las 2:11 am
Hola Marce. Debe estar muy bueno en bici. Cruzamos muchísimos ciclistas. Si está en tus posibilidades, animate, no te vas a arrepentir… ¡¡Saludos!!
25 abril, 2017 a las 2:15 am
Gracias Fer. Cuesta hacer el clic pero con pequeñas conquistas se logra vaciar la mochila… Que lindo que nos hayas seguido en la travesía. Abrazo grande ❤️
25 abril, 2017 a las 4:14 am
Emociona leerte. Cuando lo pensas, es cierto, el trayecto, la ansiedad y hasta los imprevistos se disfrutan de una manera intensa, plena. Cuesta más en el día a día cambiar el chip, pero estar conscientes nos alerta y nos ayuda al disfrute. Por muchos más caminos ! Salud!
25 abril, 2017 a las 1:50 pm
Hola Erica. Yo creo q tomar conciencia es el 50 % del cambio. El resto, al menso en mi caso, fué de a poco. Vamos por más caminos!! Juano
25 abril, 2017 a las 11:45 am
Hola Juano ! Leyendo tus reflexiones la que más me hizo pensar es la de los peregrinos de la vida. La gente o experiencias que podrías conocer si estás abierto a que sucedan.
Gracias por compartir el viaje y andá haciendo lista de todos los contagios que harán el camino gracias al tuyo!
25 abril, 2017 a las 1:54 pm
Hola Juli. Esa disponibilidad a conocer peregrinos de la vida estuvo latente en todo el viaje. Mamá la ejercita mucho mejor jejeje Gracias por tu comentario y ojalá muchos se regalen un viaje así!!
25 abril, 2017 a las 12:01 pm
Me hiciste llorar!!!
25 abril, 2017 a las 3:09 pm
El día está para eso, no? Gracias por tu paso por Juano Flyer y que bueno que haya emocionado 🙂
25 abril, 2017 a las 12:43 pm
Hola Juani. Aquí estoy feliz. Que te puedo decir que nos hemos dicho en tantas horas juntos caminando , cantando, rezando, y disfrutando de una buena comida o una cerveza a la vera de nuestro camino. Fue una experiencia única y maravillosa para hacerla cuando puedas y con quién puedas. Gracias Juan por haber hecho posible el sueño de papá y mío. Seguramente el estuvo todo el tiempo junto a nosotros. Te quiero mucho!!!!!!
26 abril, 2017 a las 11:26 am
Hola Ma! jejjeje “cantando”… Yo estuve “oyendo”, no me animé a tanto como vos…. jejeje
Yo me sentí copiloto de un viaje en la que vos fuiste la protagonista. Fué unico, hermoso y espero algún día repetible.
Vamos por mas!
25 abril, 2017 a las 12:49 pm
Buenisimo Juan!!!!! Tan buena la descripción en el relato que parece vivirlo, la mochila pesa pero cuesta ir sacando peso, también pensar en la eternidad es una mentira, muy cierto , lo que vale es el hoy y si hay un mañana mucho mejor, abrazo grande.
25 abril, 2017 a las 1:57 pm
Exacto. Cuesta llevarlo a la práctica pero de a poco se puede… Saludos!!
25 abril, 2017 a las 1:56 pm
Hola Jud. Vi la peli y ahí me agarraron más ganas. Quizás hasta en otra oportunidad podría hacer una etapa en la que no llegue a Santiago de Compostela sino algo intermedio…
Ya te sigo!! Saludos
25 abril, 2017 a las 5:39 pm
Hola Juano!! tengo muy claro lo que decís y trato de vivir de esa manera, no siempre lo logro porque por suerte, no transito sola mi camino y debo negociar:)
Aunque comparta lo escrito, siempre me emociona la manera que tenés de transmitirlo! a seguir escribiendo y lograr que a la gente “le caiga la ficha” para que no postergen sus deseos más de lo necesario.
Besos!
26 abril, 2017 a las 11:24 am
Hola Betty!! La negociación es una hermosa herramienta para lograr lo mejor para los dos. Ni te cuento como negocio yo también!
Muchas gracias por pasar por JuanoFlyer y estar siempre al pié del cañon en los viajes que emprendemos.
Abrazo!
25 abril, 2017 a las 6:51 pm
Juano querido sin conocerte personalmente te abrazo enormemente como seguro abrazaste a santiago, me identifico mucho con vos, porque estos ultimos 3 años de mi vida han sido muy parecidos a los tuyos, dejar de perseguir la zanahoria y poder empezar a disfrutar el dia a dia, cuesta porque el mundo que te rodea te lleva y te atrapa, pero cuando te alejas te das cuenta de lo que importa.
Tuve la suerte de conocer Galicia por 1ra vez el año pasado, me debo el camino, no me falta mucho para hacerlo, el recorrido lo tengo desde hace años, saldre de la casa de mi abuelo Viviero ( camino del norte) se lo prometi y me lo prometi , Este año cumplo 40 quizas sea mi regalo.
Abrazo enorme.
Diego .
25 abril, 2017 a las 8:39 pm
“Vivir cada día de nuestro Camino en forma intensa. El Camino es el paso a paso. Es el día a día. No tiene que ver con la llegada, que obviamente te da cierta satisfacción.”
Juano, espero no te moleste que utilize este párrafo tuyo como acápite de mi comentario. El hecho es que me Ereflejada. en ese aspecto del relato.
Es la primera vez que leo y veo algo sobre el Camino, después de la película “the Way”. ésta, también me caló hondo reportándome al Camino que no hice – no hicimos – mi hijo y yo – estando casi a la vera.
En ese entonces llegamos en auto (mi hijo no hubiera podido caminarlo).
Para Roberto, la meta era el Santo.Yo me abracé a su Fe para acopañarlo, para que no sufrieia la amgura de una renuncia. Y fue bueno; disfruté la llegada desde una profunda emoción, pero a mí, el Camino, me faltó.
El paso a paso, que se percibe tan bien en tu relato, hubiera sido esencial para mí. Nunca más volvió a mi mente la idea de volver. Hoy, como nunca, el día a día, con sus pérdidas y regalos, es lo que vivo, agradecida y sin dejar de lado nada que pueda intentar.
El Camino lo viví con vos; en cada etapa, cada foto y comcluyendo con este post.
gracias Juan por llevarme!
26 abril, 2017 a las 11:19 am
hola Rosanna. Un placer recibir tu mensaje y “llevarte” en este viaje.
Al leer tu comentario recordé el momento en que me abracé a Santiago al llegar… Que lindo que hayas podido acompañar a tu hijo.
Ojalá algún día puedas combinar caminata, tren, auto y hacer una peregrinación a medida. Disfrutar unos días por Galicia y avanzar algo cada día por lo medios que tengas a mano puede ser algo hermoso. Avisame y si querés te ayudo a organizar el viaje! 🙂
De nuevo gracias por tu acompañamiento! Abrazo grande!
26 abril, 2017 a las 11:37 am
Diego querido! Cuanta sintonía… hasta en la edad.
Sería un increible regalo de 40 y que lindo poder salir de la tierra de tu familia.
Ojalá se te cumpla y te lo regales/regalen 🙂
Contá si lo hacés así te seguimos. Abrazo grande!!