¿Quién de nosotros no cayó en la trampa de salir de vacaciones con su mamá, la suegra, la hermana/o y su pareja e hijos, con papás de compañeros de colegio de nuestros hijos o un vecino del barrio que parecía copado?
Bueno, debo confesar que me pasó muchas veces. No estoy en contra y lo seguiré haciendo (creo). Pero el mensaje que quiero darte lo voy a ejemplificar con mi vivencia. No te sugiero que dejes de salir “acompañado”, sino que ante la sorpresa que puede generarte esta experiencia, en vos está que se convierta en una pesadilla o lo termines disfrutando.
Hace un tiempo, con mi esposa Florencia, sumamos a un viaje en pareja a otro matrimonio. No daré muchas pistas por las dudas. El vuelo resultó genial, el hotel también, nos bañamos y quedamos en encontrarnos en el lobby. Resulta que cuando nos tocó decidir el lugar para cenar, mi propuesta fue inmediatamente desechada por mi interlocutor masculino quien opinaba que no era buena idea. Que si, que no, cedí y fuimos a comer “su comida”. De regreso al hotel, donde todo era cordial (recién llegábamos a destino) sugerí encontrarnos a la mañana siguiente a un horario, digamos, temprano. Soy de los que se levanta temprano y salir a las 11 hs. de recorrida citadina no me va. Si mal no recuerdo sugerí 8.30 / 9.00 hs. Inmediatamente ful nuevamente interceptado, bajo la opinión contraria del mismo interlocutor. Me fuí a dormir, sin antes de decirle a mi esposa: “La cosa pinta jodida. Entiendo que es mi primera vez en esta ciudad y me gustaría comer lo que a mi me gusta, visitar lo que yo prefiera y manejar relativamente mis horarios. Pero desde el minuto que decidimos venir acompañados, me parece que vamos a tener que ceder. Sino esto resultará una tortura.“
En otra época yo era más combativo. Defendía mi postura, negociaba y muchas veces me enojaba. En más, te diría que era bastante pesado porque le comentaba a mi mujer que no la estaba pasando bien, que quién se creía, que por qué no vinimos solos, que mañana yo me voy a comer a tal lugar y que si no quieren que no vengan, etc, etc.
Pero esa noche, en esa ciudad que vamos a llamar “MADRID” para despistar, hace muchos años, cambié de actitud. No solo gané yo, ganamos todos. Y a partir del segundo día en esa ciudad, relajé y disfruté. Hasta era irónico y no paramos de reirnos de la situación.
A la noche a “mi contra” le preguntaba. ¿Te parece si hoy comemos en un restaurante que vi a la vuelta del hotel? A lo que me respondía: “yo había pensado que mejor pastas”. Yo aplicaba el EFECTO MADRID y decía: “Genial, tenés razón, yo también” (aunque yo no como harinas). Al otro día yo opinaba ir a visitar tal Museo e inmediatamente “el” opinaba que le habían dicho que no era bueno. A lo que yo respondía: “si, puede ser”. O decía que no quería ir a ese lugar (aunque SI quería) para que él diga de ir… jajajaja Fueron 5 días de oposición absoluta. No es que sea malo o jodido, es simplemente “un contra serial”. Pero yo no lo había descubierto hasta ese viaje.
Pasaron muchos viajes y salidas. Tengo muchos ejemplos: tenés la pareja que te encontrás en tal estación de servicio y ya los ves que llegan enojados. Y “ella” te dice: es que este pelotXXX no había revisado el auto y….. Y vos decís ¿pero si así arrancamos de plena mañana? O le surten un cachetazo al hijo porque insistió dos veces que quería galletitas… Vos te preguntás… ¿No parecían copados en el ámbito donde los conocimos?
También están los que al encontrarnos en la puerta de casa te dicen: “vos andá en nuestro auto con Roberto que las chicas vamos juntas”. Pará flaca, yo me casé con mi esposa, no con Roberto. Quiero que ella me cebe mate y no ir hablando con Roberto de cazar jabalíes….
Pero lo más importante, que el EFECTO MADRID o el EFECTO GAROMPA (para los que son argentinos de mi generación van a entender), puede salvarte de arruinar un paseo o vacaciones.
Con Florencia nos reímos de la situación y aún cuando el paseo o viaje no sea como nosotros queremos o imaginamos, aprendimos a que es mejor RELAJAR que RESISTIR y tenemos que hacernos cargo de la decisión tomada.
Esto no es de un día para el otro. Esa noche en MADRID lo entendí, lo visualicé y lo hice carne. Y lo uso para otros ámbitos de la vida.
Si ya no hay vuelta atrás, si el viaje ya comenzó, si en la cena está la persona que no soportás, si tu suegra no para de hablar, si tu cuñada como siempre no trajo nada y critica lo que vos cocinaste, si el hijo de tus amigos resultó ser un demonio y no para de gritar en el día 1 de 15 días de vacaciones… ¿de qué sirve quejarse o enfrentarse o resistirse?
En mi caso ahora lo vivo con alegría. Me río de la situación. Obvio que luego de varios años de sufrimiento. Pero el error fue haber puesto el foco en el otro. Gastar energías en pensar que el otro iba a cambiar. Fue y es más fácil ceder, cambiar un poco yo, y todo fluye de manera más armónica y hasta graciosa. Tomé la decisión de cambiar yo para que cambie el entorno. A veces cuesta más, pero te aseguro que al final del camino lo vas a pasar mejor.
¿Alguna vez te pasó? ¿Tuviste unas vacaciones que resultaron una pesadilla por la compañía? ¿Te encontraste con perfectos desconocidos en la convivencia de un viaje que no resultaron ser como se mostraban?
6 diciembre, 2016 a las 1:21 pm
Hay un elemento importante que hay que tener en cuenta cuando se viaja que son los miedos. Mucha gente tiene miedo a lo desconocido, al idioma, otras culturas y eso lo hace sacar lo peor de si mismo. Sus inseguridades se traducen muchas veces en considerarse que son “los únicos” que viajan y por ende hacen la vida imposible a los demás. Ese factor a veces desencadena situaciones que pueden afectar la convivencia. De hecho me ha pasado viajando en grupo y fue el determinante para viajar sola y decidir qué quería hacer. Es cierto que uno tiene que ceder pero a veces el costo del viaje, la posiblidad de hacerlo en determinado momento condiciona. Quizás primero uno debería evaluar todas las alternativas y dejar las cosas claras desde un principio. Nosotros lo hacemos. Comparrimos casa pero no auto, si quieren salir de compras y nosotros no, cada uno hace lo que quiere. Se consensuan lugares a visitar y de esa manera todos felices. La base es el respeto mutuo.
6 diciembre, 2016 a las 11:19 pm
Toda la razón Dinha. No lo había pensado como consecuencia de los miedos… El respeto mutuo es clave pero va de la mano del sentido común, y a veces, escasea. ¡¡Gracias por tu comentario!!
6 diciembre, 2016 a las 1:30 pm
Justo que adecuado para la previa de ayer no? Como dice Dinha estas experiencias puede ser determinantes a la hora de elegir como viajar. Pero también habla de una redención el hecho de ceder que es un gesto muy valioso en si. Y además aboga por una mejor calidad de viaje/vida al rechazar la tensión. Excelente post
6 diciembre, 2016 a las 11:22 pm
Gracias Javito. Todo un tema. Con vos lo hablamos mucho y en parte sos el disparador de que lo haya escrito. ¡¡Abrazo!!
6 diciembre, 2016 a las 2:06 pm
Muy bueno, un caso muy común… me parece que se da mucho en nuestra cultura, a partir de una de nuestras mejores cualidades: entablar vículos de 0 a 100 y abrir las puertas de nuestra casa / amistad / familia etc a los 5 minutos de conocer a alguien. Seguramente en Escandinavia o el Japón no tengan estos problemas, porque a esa gente tan perfecta no les cabe la idea de compartir un viaje (o cualquier espacio “privado”).
Siempre hay diferencias, como dice Dinha mientras haya respeto creo que todo se salva, la idea es que todos la pasen bien (y si eso significa separarse 20 horas por día, bueno…). Un viaje es hermoso pero también es un esfuerzo en todo sentido, quedarte sin hacer algunas cosas que venís soñando por años / meses por ceder me parece muy injusto… quién sabe cuando vas a volver ?
Ahora escuchame… pasame el email de Roberto que necesito planificar la caza de jabalíes de la próxima temporada !!
6 diciembre, 2016 a las 11:25 pm
Jajaja #Jabalies jajaja Tengo un Post sobre nuestra parte latina, las comidas familiares y viajes… Coincido, yo prefiero algo intermedio… Respeto y sentido común en su justa medida. Gracias Julio por pasar y comentar
6 diciembre, 2016 a las 2:16 pm
Hola. Mi primer vez por aquí. Muy bueno el post. Súper claro y divertido. Ja. Nos tenemos a mitad de año un viaje con nuestro niño y un matrimonio amigo con sus chicos tbien, así que lo voy a ir practicando. Es cierto que muchas veces esos amigos que en la vida cotidiana conoces y compartis muchas cosas, en un viaje pueden convertirse en perfectos desconocidos por la convivencia. Como también sucede en la vida cuando por ahi te casas o vas a vivir con tu pareja, son distintos escenarios y nuestro desempeño también es distinto que nos lleva a mostrarnos o ver al otro de una manera desconocida. Lo que si voy a tener en cuenta es lo que comento del auto dinhaviajera, ya que íbamos a alquilar uno grande para salir como gran familia pero quizás sea mejor que mantener ahí una forma de independencia. Saludos!!!
9 diciembre, 2016 a las 3:07 am
Hola Ric, bienvenido y gracias por animarte a comentar. Gran dato el de Dinha y me sumo a la recomendación. Seguramente te va a ir bien en el viaje. Por las dudas anda con una cuota extra de paciencia y ánimo de ceder. Pero te va a ir bárbaro. De nuevo gracias. Abrazo!
7 diciembre, 2016 a las 12:08 am
No me gustan los viajes de parejas amigas, de familias amigas. menos ir a conocer una ciudad!!!!!!!!! horrorrrr! si te banco casas separadas en un lugar donde te vas a pasar 15 dias en la playa. todos en el misma ciudad, misma cuadra . Me gusta pasear con mi familia, porque tengo la confianza suficiente de decir lo que realmente tengo ganas de hacer .. y se aplica el efecto Madrid o Garompol ( grandioso): todos estamos de vacaciones y cada uno puede sumarse o no al super paseo divertido por el museo del mar o jueguitos en el shopping. Es muy díficil congeniar con todo el mundo, y ni hablar del marido de tu amiga,quien te lo bancas sólo por tu amiga, o a la esposa del amigo de tu dorima, que no para de hablar de cosas que no te importan en lo mas mínimo. Amo las vacaciones donde todos pueden opinar y nadie se siente obligado en hacer todooos los días u horas, programas juntos. Ceder por las ganas de estar con el otro y compartir momentos juntos, que en definitiva es lo que queremos, sumar momentos que nos traigan lindos recuerdos.
9 diciembre, 2016 a las 3:09 am
Hola Inés. Que grande!! Como me reí con tu sinceridad a flor de piel. Jajajajaja. Gracias por compartir tu experiencia
7 diciembre, 2016 a las 1:36 am
Genial post! Y como única reflexión.. jamás iría de vacaciones con “amigos” o familiares fuera del círculo íntimo.
Tuve una sola experiencia y resultó bien cuando decidimos separarnos y hacer cada uno la suya…
Un beso
Juli
9 diciembre, 2016 a las 3:11 am
Hola Juli. Yo tengo algunos problemas con la definición de círculo íntimo jaja Gracias por pasar y comentar 🙂
14 diciembre, 2016 a las 2:48 pm
Sí, me pasó (a quién no?). Viajé a Machu Pichu con una amiga. Fue bastante insufrible pero apliqué esa tónica, ella que haga lo que pueda o quiera. Como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, reincidí… traté de disfrutar repitiéndome: nunca más, nunca más, nunca más. No la vi más después de ese viaje….
Tuve otras experiencias. Algunas excelentes y otras… no tanto, pero siempre teniendo como premisa tratar de pasarlo lo mejor posible. Soy bastante flexible, o al menos me lo parece. Como soy curiosa y me gustan las experiencias distintas, me gusta probar todo y si se me frustra algún programa…. quedará para la próxima!!!!
16 diciembre, 2016 a las 10:51 pm
Paula, ante todo gracias por pasar y comentar. Y creo que lo que uno cede o “sacrifica”, lo gana en salud. Y eso vale mucho mucho… Saludos y gracias por darte una vuelta por JuanoFlyer
2 enero, 2017 a las 12:54 pm
Buenas… primera vez que comento.
Me ha pasado y he aprendido de la experiencia… soy súper flexible. No me pasa más, pero casi no viajamos con amigos… por distintos motivos (diferencias de presupuesto, de fechas de vacaciones, la mayoría de nuestros amigos se separaron…) en fin. No es fácil viajar con amigos o familia… hay que ir preparado. Muy buen post!
Saludos
Sabrina
2 enero, 2017 a las 1:03 pm
Hola Sabrina. Feliz 2017! Es muy complicado como vos decís… Igual yo sigo intentándolo… 🙁
A veces cedo por mi esposa, por mis hijos o por mi mamá. Creo que ver feliz al otro debiera ser lo prioritario. Pero a la vez hay que descansar y disfrutar de la propia familia. Todo un tema. Pero si ya estás en el baile, creo que es mejor ceder y que la experiencia sea la mejor posible. Muchas gracias por comentar, felicitaciones por el debut y nos seguimos leyendo!
29 marzo, 2017 a las 3:12 am
Hasta el momento nunca nos tocó viajar con amigos estando casados. Y creo que los viajes con amigos alla lejos, a los 20 años, no cuentan. Estimo que es un poco como estar de novio y casado. De novio te ves el sabado, bien arregladitos, con toda la “energia”. Ya casados, te ves todos los dias y hay que afrontar cosas mas serias que te ponen a prueba en la relacion. Con el viaje se me ocurre sera analogo. Una cosa es verte cada 20 dias, asado de por medio, charla va charla viene y cuando el que “vino” se aburre, simplemente saluda y se va. Estando obligado a permanecer juntos durante un viaje la cosa cambia. Y mas si hay que decidir destinos, itinerarios, paradas, etc. Pero creo que uno mas o menos puede percibir como es el otro, mas que nada en cuanto al factor “copadez”. Es decir, si se bancaria o no algo en favor de la salida. Tal como describiste tu caso.
Por ejemplo, mi primo viajó a paris y no subio a la torre eiffel porque “ni loco pago 8 euros para subir ahi”. Bueno, cuando yo fui, subi. Si viajara con mi primo estoy bastante seguro que el NO subiria aunque yo quiera hacerlo. Simplemente me diria te espero aca. Esta todo bien, pero la idea de viajar con alguien es compartir el viaje, si no voy solo. Si vas a la torre eiffel no te cuesta subir aunque no te interese demasiado o aunque gastes la “fortuna” de 8 euros.
Otro caso, fuimos con mi mujer a Milan y quisimos entrar al Duomo. Ibamos empujando el cochecito de mi hijo. De un lado la entrada estaba cerrada, decia “entrar por el otro lado”. Fuimos del otro lado y un cartel decia “dejar bolsos en deposito a la vuelta y pagar entrada”. Pagar qué para entrar a una iglesia?? No niego que hubiese querido entrar, pero me parece ridiculo y me fastidia pagar para entrar a una iglesia. Finalmente nos fuimos. A lo que voy es, hubiese pagado sin dudarlo si estuviese con alguien que quisiera entrar. Es solo una cuestion de no ser egoista.
Aun asi, y aunque muchas veces sueño con un gran viaje familiar de 10 personas, creo que me resultaria casi imposible hacer un viaje compartido que no sea a una playa o a un solo lugar donde quedarse todo el tiempo.
3 abril, 2017 a las 12:22 am
De novio te ves el sabado, bien arregladitos, con toda la “energia”. jajajajaaj Que buena analogía.
Estoy con vos Christian. En un all inclusive, en una playa, podría ser un destino para animarse a un viaje de familia extendida. Otros podrían ser riesgosos…
Gracias por tu aporte y paso por Juano Flyer. Nos seguimos leyendo. Abrazo!
2 agosto, 2017 a las 10:58 am
Muchas veces viajamos con otras familias. Muchas veces salió excelente. Pero tengo dos ejemplos como el tuyo. Unas vacaciones en la costa en una casa enorme. Éramos tres familias. En una de ellas la mujer no hacía NADA. El marido estaba colapsado y su malhumor aumentaba cuando veía que nosotros 4 compartíamos tarea. Es el día de hoy que es anécdota. Otra vez en Disney éramos 4 familias. Por suerte cada uno su depto y su auto. El primer día arreglamos salir a las 8,30. Salimos 11,30!!!! Para evitar problemas, esa noche en la cena yo dije: este fue un viaje costoso para todos. El que quiera dormir que duerma. El que quiera desayunar 3 hs que lo haga. Nosotros mañana 8,30 salimos al parque. Nos encontramos allá para el almuerzo. Como termino la historia?? Todos los niños (promedio 15) venían con nosotros temprano porque cuando llegaban sus padres ya habían podido entrar a TODOS los juegos. Nosotros preferíamos hacernos cargo de ellos a llegar 12,30 con 37 grados!!! Y todos felices.
Ambas experiencias igual me enseñaron que para viaje a ciudades (por ej Europa) SOLOS
3 agosto, 2017 a las 3:34 pm
Me siento muy identificado con la que no hacía NADA jajajajaja todos tenemos “ese caso” en nuestros grupos.
Santo remedio lo del horario. Parece tan fácil pero a veces cuesta ponerlo en práctica.
Gracias por tus aportes!!
2 agosto, 2017 a las 3:04 pm
Que tema Juano! Es muy dificil, aun con gente que pensas que la super conoces, en esa “intimidad” de las 24 horas , te sorprendes con lo que te encontras, y al reves igual. Mi familia y yo arrancamos muy temprano porque no nos gusta desaprovechar tiempo. Queremos aprovechar cada minuto. Y desde ya no a toda la gente le gusta empezar a las 7 para salir a las 9!! Nosotros encontramos el dificil termino medio con una familia muy amiga con la que tenemos tal nivel de confianza donde nadie obliga a nadie. Ni es “obligatorio” hacer todo juntos y compartir todas las actividades. Antes de viajar vemos que cosas queremos hacer juntos , y despues es dia a dia. Ya estuvimos en varios lugares y el proximo viaje nos encontramos en Barcelona.Me causo mucha gracia tu “efecto Madrid”, no creo poder aplicarlo! Jaaa. Te mando un beso y ojala que nos veamos en Moscu!!! Sandra
27 septiembre, 2017 a las 11:36 am
hola Sandra. Este mensaje lo había contestado pero no sé donde habrá quedado el comentario.
El nivel de confianza con la pareja viajera es clave. El tema es que uno confunde (le pasó a un amigo jeje) una incipiente relación de buena onda con amistad profunda y mete la pata.
Pero si las cosas se hablan y hay verdadera amistad, todo se puede arreglar (o casi todo).
Gracias por tu comentarios. Nos vemos en Moscú (?) jejeje
2 agosto, 2017 a las 10:57 pm
Unos de mis primeros viajes fue en 1995 con dos amigos mas, la experiencia fue fantástica, siempre hacíamos todo junto, y si algún día algún quería algo diferente lo podía hacer, pero avisando por donde estaría, recuerde que en esa época no había celulares, así que estudiábamos los lugares que visitaríamos, recordemos dos meses Algunos países europeo, aun sigo viajando con Amigos, lo importante es saber entender y pasarlo bien en grupo.
27 septiembre, 2017 a las 11:40 am
Excelente elección de amigos o muy buena amistad. No siempre pasa…
Igual creo que cuando uno es joven tiene menos mañas y cede y se adapta. A medida que uno crece (le pasó a otro amigo) uno se aburguesa, es mañoso y no está dispuesto a ceder, no?
Gracias Jorge por tu paso por JuanoFlyer
23 septiembre, 2017 a las 9:45 am
Muy buena nota. Recién la veo. Verdaderamente excelente, no paré de reirme.
Alguna vez me pasó, yendo dos familias a Villa Gesell, y hacer lo que a mi no me gusta, que era vacaciones para y por los chicos. Cero paseo para grandes, sólo cine con películas de chicos, sólo comidas de hamburguesas, sólo obedecer caprichitos, sólo ir en auto hasta al baño. Y claro… La educación quedó allaaaaaaaa, muuuuuuy lejos.
Pero ya está, pasaron muchos años, y sólo voy con mi grupo, y les enseño y entrego las herramientas que te van a permitir disfrutar de las pequeñas cosas el resto de tu vida, y aprender que la vida no está hecha de caprichos.
Por ejemplo, una escala de 6 horas en un aeropuerto para algunos es una increible tortura medieval, que hacen totalmente imposible un viaje, mientras que para mi, y para los que me rodean, es una excelente oportunidad de pasar un par de horas en un free shop con artículos que no has visto en otro lado, y otras tantas horas en una nueva sala vip, devorando deliciosos platillos del chef, y con libre wi fi para subir fotos, y conectarte con familiares y conocidos.
En fin, distintas perspectivas del mismo punto.
Ya aprendí desde hace mucho, muchísimo, que yo quiero mucho a todos, pero vacaciones o paseos, sólo con los que yo elijo.
Muy buena nota, me ha hecho recordar otras épocas. Gracias.
27 septiembre, 2017 a las 11:42 am
La educación quedó allaaaaaaaa, muuuuuuy lejos (jajajajajajajajajaja)
Coincido mucho con el tema de las escalas. Yo sigo precio y me banco escalas de varias horas que como vos decís no dejan de ser una oportunidad de conocer o vivir nuevas experiencias.
Gracias por tu aporte Adrián!
28 diciembre, 2017 a las 4:31 am
Acá salimos ganando los que somos socialmente selectivos (estigmatizados como “antisociales”). Solo viajamos con quienes comparten nuestros mismos intereses. En mi primer viaje a Europa fui con un amigo de la facultad. La pasamos muy bien, hicimos vida bien de turista, pero cuando volvíamos, en el último avión, cuando estábamos por aterrizar le dije: menos mal que me tengo que cambiar de horario en la facultad y no te veo nunca más. Él me dijo más o menos lo mismo. No es lo mismo la vida cotidiana que compartir un viaje las 24hs durante muchos días. De hecho con mis amigos más cercanos solo una vez nos fuimos de viaje a Mardel y cuando éramos chicos, no cuenta. Más de grande he viajado con parejas amigas, familia (suegra, padres), hemos visitado amigos, pero con la suerte de ser parecidos a nosotros así que sin conflictos afortunadamente. En cuanto a viajes, no cedo y no negocio.
28 diciembre, 2017 a las 5:20 pm
Muy buena la sinceridad post viaje con compañero. Ante todo la honestidad. Yo debería ser más directo y “honesto” pero me genera culpa (tengo q ir al psicólogo). Me comí varios garrones pero ahora soy más selectivo. Ahora soy como vos, team antisocial
28 diciembre, 2017 a las 7:31 pm
Me pasó algo así viajando con la familia de mi novia, son muchos y salvo el padre, todas mujeres… por momentos fue un caos, todas peleando, gritos, lloriqueos, que no uses tanto protector solar, que esa manta es mía, que quiero ir a comer a x lado, que volvemos a x hora a la casa, etc etc… Llegue a decirle a mi novia que nunca más viajaba con ellos a ningún lado jaja . Mi solución fue igual a la tuya, relajar, charlarlo con ella y comentar que si bien me iba a adaptar, había momentos en los que quizás me apartara del grupo para bajar un poco a tierra de ese mundo loco que tenían. Resultado? Unas lindas vacaciones que repetiría, de hecho estamos a menos de un mes de viajar nuevamente juntos…
28 diciembre, 2017 a las 7:33 pm
Bien Simon. Creo que diste en la clave. Si te calentabas la pasaban mal todos. Éxitos en el nuevo viaje! Paciencia es mi mayor deseo